UNAM, MÉXICO. La trata de personas es uno de los crímenes más violentos, clandestinos y difíciles de identificar, en particular por la falta de denuncias por parte de las víctimas –en su mayoría mujeres, niñas y personas de la diversidad sexual–, además de la corrupción.
Una parte importante de la población por su condición de pobreza, desigualdad, discriminación y falta de garantías de sus derechos más elementales, son vulnerables y sujetos a ser explotados por los tratantes de personas.
La pobreza, el hambre y la enfermedad son factores que les permiten “enganchar” a sus víctimas por medio de diversos métodos como el enamoramiento u ofrecimiento de empleo, engaño y abuso de poder.
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